Motivación. Una palabra poderosa con mucha demanda en el ámbito laboral. De hecho, es frecuente leer en algunas ofertas de trabajo que se requiere una persona motivada.
La motivación no solamente es motivo de análisis en las empresas y las consultoras en gestión de personas, también la neurociencia tiene sus ojos puestos en ésta.
Un estudio de la Universidad Vanderbilt, en Texas, descubrió durante la observación de la actividad cerebral de un grupo de voluntarios ―con edades entre 18 y 29 años― que la dopamina, un neurotransmisor asociado a la recompensa y la motivación, se presentaba en mayor o menor grado en distintas zonas del cerebro según la disposición o no al trabajo. Así lo registra la argentina Marita Castro, directora de la revista digital Descubriendo el cerebro y la mente, en el artículo “Dopamina: un motor que influye según el área en la que actúa”.
Según el artículo, aquellas personas más motivadas tenían mayores niveles de dopamina en el área cerebral asociada al placer, y los que estaban menos dispuestos al trabajo presentaban mayores niveles de dopamina en el área del cerebro asociada al peligro.
José Cuevas, Syllogize coach, considera que estudios como éstos aportan mucho a la labor de las áreas de recursos humanos. “Todos los cambios que se hagan dentro de una organización pasan también por un cambio mental. Entender cómo se manifiesta la motivación y cómo lo percibe nuestro cerebro da luces sobre lo que podemos hacer para contar con personas motivadas. El primer paso es reacondicionar los juicios, los pensamientos respecto al trabajo”.
Cuevas añade que el método Syllogize, apunta precisamente a desarrollar el pensamiento saludable de cada empleado, logrando el equilibrio personal que permita establecer buenas relaciones laborales, motivación y productividad en la empresa.